lunes, 14 de octubre de 2013

FMI

Fondomonetizando

La arquitectura financiera internacional es una de las peores cosas del mundo actual. Refleja la correlación de fuerzas donde se impone un poder parasitario, orientado a la renta por la renta misma sostenida en un gran castillo de naipes que cada tanto pierde un pedazo.

FMI, una parte del sistema
Podríamos hablar de muchas partes de ese sistema parasitario: bancos, Banco Mundial, CIADI, etc., pero vamos a pensar un poco en sólo una de esas partes, mínima, de esa arquitectura: el FMI.
Cuando un economista, aunque puede ser cualquier otra persona, te habla de volver al FMI pará la oreja. Seguro que no te está defendiendo.
El FMI ha sido la herramienta que tradicionalmente utilizaron los capitales extranjeros para condicionar las políticas económicas y sociales de un país con vistas a defender los intereses de capitales trasnacionales y acreedores externos.
Nacida en la segunda posguerra, en una Convención de la ONU en Bretton Woods, el FMI fue puesto en marcha con papeles que decían que ayudaría a la estabilización financiera, a facilitar el comercio internacional, a un nivel elevado de empleo, la estabilidad económica  y hacer retroceder la pobreza.
Nada tan alejado de la realidad como esos objetivos.
El FMI representa los intereses de un puñado de países centrales, de sus empresas mas poderosas y especialmente de los bancos mas grandes del mundo. Nada que ver con la economía real, si con la virtual que conduce realmente el mundo.

El Consenso de Washington
Sin que sea una definición, el CdeW es un conjunto de ideas sobre las cuales se estructuró el modelo neoliberal de los últimos 30/40 años. Reducción del gasto público, reforma tributaria con impuestos al consumo y regresividad tributaria, liberalización financiera y libre circulación del capital, altas tasas de interés, privatizaciones, desregulación de los mercados, liberalización del comercio internacional, control de la inflación como parámetro central de la economía, son algunas de las ideas económicas.
El FMI ha sido, es, el brazo de presión intelectual y de una supuesta asepsia u objetividad, al servicio del Consenso de Washington.

Perón
El presidente argentino Juan Domingo Perón resistió la  incorporación de Argentina al FMI. Dice en 1967 al respecto:
“…Cuando en 1946 me hice cargo del gobierno, la primera visita que recibí fue la del presidente del Fondo Monetario Internacional que venía a invitarnos a que nos adhiriéramos al mismo. Prudentemente le respondí que necesitaba pensarlo y, enseguida, destaqué a dos jóvenes técnicos de confianza del equipo del gobierno para investigar a este ”monstruo tan peligroso”, nacido según tengo memoria en los sospechosos acuerdos de Bretton Woods. El resultado de este informe fue claro y preciso: en síntesis, se trataba de un nuevo engendro putativo del imperialismo….”
Y es cierto, Argentina adhirió al FMI en abril del 1956, bajo el gobierno de la “revolución fusiladora” , y su presencia nos acompaña hasta nuestros días donde nada hace pensar que desarrolla políticas a favor de argentinas y argentinos.

Mas amigo de las dictaduras, pero siempre duro
Como se dijo, el FMI debutó en Argentina durante la dictadura iniciada en 1955.
Con Arturo Fondizi fue generoso. Con Jose Maria Guido y su ministro Alvaro Alsogaray, tuvo algunas asperezas que luego fueron generosamente salvadas. Plena sintonía con Juan Carlos Onganía. Duros con don Arturo Illia, que no sintonizó con las políticas neoliberales pero no rompió relaciones. Durísimo con los gobiernos peronistas de 1973 a 1976 donde el ministro de economía Jose Ber Gelbard ejecutaba una política en contradicción a sus lineamientos, con fuerte énfasis en el mercado interno.
La dictadura 1976/83 fue un momento de éxtasis de las relaciones con el FMI. El mayor endeudamiento, fuga de divisas, endeudamiento ficticio para comprometer la continuidad de las empresas del estado, entre otras cosas. Una relación de amigos
Con Raúl Alfonsín en la presidencia, el FMI tuvo sus momentos de tensión pero el gobierno terminó cediendo. La tensión tiene su síntesis en la anécdota del ministro de economía mas digno de la etapa, Bernardo Grinspun . "Si querés que me baje los pantalones, me los bajo", le dijo Grinspun al representante del FMI, Joaquín Ferrán,  le dio la espalda y se los bajó.
Ni que decir con Carlos Saúl Menem donde se llegó a la cúspide de las relaciones siendo presentado nuestro país como un ejemplo internacional para el FMI, el mejor alumno. La aplicación de todas y cada una de las reformas “propuestas” por el FMI nos valió esa distinguida medalla: privatizaciones, transferencia del sistema previsional, reforma laboral, BCRA “independiente”, reforma educativa privatista, ajustes, reducción de salarios, apertura de la economía, despidos de trabajadores del estado, etc. etc.
La Alianza continúo, casi por inercia, esa política del menemismo hasta el estallido de la convertibilidad, cuando el FMI se resistió a mantener la provisión de dólares que fugaban sistemáticamente hacia el exterior.

En la agenda diaria
Quienes hemos vivido los 80 y los 90 no lo podremos olvidar. Cada misión del FMI que desembarcaba en el país era tapa de los diarios, días o semanas de tensión sobre las condicionalidades y, por fin, anuncios de acuerdos. Acuerdos que desembocaban, a veces públicamente a veces no, en decisiones políticas en contra del pueblo como las ya citadas.
Siempre. Siempre. Desde aquel abril del 1956 hasta la presidencia de Néstor Kirchner el FMI fue un protagonista privilegiado del acontecer económico, y quien dice económico dice social. Y pugna por seguir siéndolo.
El barniz que habitualmente utiliza el FMI es dar opiniones técnicas, disfrazadas de posiciones neutras, pero que llevan detrás de sí una gran carga ideológica a favor de su representación.

Kirchner
La transición institucional de los gobiernos pos Alianza mantuvo una relación, tensa en algunos momentos, pero relación sin ruptura. Y los condicionamientos siguieron fluyendo.
El 15 de diciembre de 2005 el presidente Néstor Kirchner anuncia la cancelación de la deuda con el FMI de alrededor de 10.000 millones de dólares. No era el quantum, tampoco los intereses ni la falta de voluntad de refinanciarla. La inaceptable presión permanente sobre las políticas que restan autonomía al gobierno, que minimizan valor a la voluntad popular, llevaron a Néstor Kirchner a tomar la decisión.
Para las economías regionales nada
El impacto de las políticas impulsadas por el FMI sobre las provincias fue demoledor. Se acuñó el concepto de “Provincias Inviables”. Lo único importante para el organismo financiero era impulsar la privatización de los servicios públicos, bancos y sistemas previsionales (Si hasta Ecomchaco SA estuvo en esa agenda).
Sangrientos ajustes se aplicaron sobre las provincias que hubieran sido peor sin la resistencia de los sectores populares. La cosa era libertar recursos para que el Estado Nacional los derivara a los negocios de los sectores privilegiados.

Otra arquitectura financiera
Los últimos dos presidentes impulsaron la construcción de otra arquitectura financiera. Tanto Néstor Kirchner como Cristina Fernández desarrollaron una política diferente en la materia, especialmente sostenida con la articulación latinoamericana. El camino no ha sido fácil y no se han visto los frutos, pero es el sentido sobre el que habrá que seguir insistiendo. Un mundo enfocado en las personas donde lo financiero esté al servicio de lo popular y no al revés.
En el mientras tanto, la relación con los dueños del mundo debe ser desde acuerdos con países críticos con el actual funcionamiento, sean de Latinomérica, de África o de Asia y porqué no de Europa si aparece alguno.

El fantasma sigue rondando…
 … o ¿no es un fantasma?
Alguien podrá preguntarse ¿porqué hablar de éste tema ahora? ¿no es parte de un triste pasado?
El acontecer del mundo y las ¿resoluciones? que se toman en el mundo en problemas nos llevan a pensar que no.
Muchas y muchos -no sólo en la oposición política o en la ortodoxia económica- proponen el diálogo con estos sectores, una mesa donde los platos se distribuyen de tal manera en que no estamos los argentinos.

El peligro continúa…



Publicado en Diario Primera Línea del 13/10/2013

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