domingo, 1 de septiembre de 2013

Pantalla partida



Blanco sobre negro por 2




De la semana que se fue tomamos dos elementos para el análisis. Hacemos pantalla partida Nación/Provincia


I La Nación

Cuando Néstor Kirchner y Cristina Fernández imaginaron el proceso, tal vez lo pensaron igual o mas de empinado. Un cuesta arriba sin embrague, camión y acoplado y cargado al tope. Así es, y es lo que pasa cuando la política se hace cargo de su parte y disputa por su lugar con los tradicionales dueños del país y del mundo, que son las corporaciones.

La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA), como harto se dijo, fue escrita por el pueblo.

Se escribió desde que la dictadura impuso su “ley” de medios. Despacio, debate por debate, ladrillo por ladrillo. Alfonsín fracasó, Menem la empeoró. Recién en 2004, la entonces “Coalición por una Radiodifusión Democrática” –hoy …por una Comunicación Democrática o CCD- llego con los “21 puntos”, un colectivo de sectores sociales, políticos y de la comunicación con pertenencias diversas pero con la claridad para ver hacia donde estaban yendo las comunicaciones en el país (y en el mundo).

Recién en 2009, con un fuerte debate social a lo largo y ancho del país y con una decisión clara de quienes conducían el proceso político, se logro la sanción de una Ley con amplio consenso nacional.

La reserva moral de las corporaciones –el Poder Judicial- , especialmente cuando el pueblo avanza, se encargó de limitar su vigencia, y pugnan –sectores judiciales y corporaciones- por cortarle las alas. El 10 de octubre se cumplen 4 años de su (no) vigencia en forma plena.

(Néstor y Cristina habían anotado el resultado electoral de 2009. Y varias de las decisiones mas importantes del último quinquenio se tomaron luego de “escuchar al pueblo en las urnas”. Es bueno que quienes salen a criticar las decisiones que se toman luego de las elecciones reflexionen sobre el alto contenido democrático de éstas, sino ¿para que votamos?. Y me refiero a decisiones, no efectismo, algo que se debe tener en cuenta cuando leemos mas abajo el punto II)   


La CSJN en el centro de la escena

El máximo órgano judicial del país tiene la pelota. La pisa, la amasa, pero no decide su juego ¿o ya está decidido?

La convocatoria a Audiencia Pública, bastante parecida a una maniobra dilatoria, en realidad terminó siendo un buen resumen para los sectores populares.  La Corte salió del proceso indemne, y me animo a decir que la audiencia le permitió capitalizar a favor de una imagen que comienza a estar desgastada. Desgaste que, paradójicamente, tiene también su origen en el trámite dilatorio que la propia Corte supo darle a la LSCA.

La visibilidad de la audiencia y su profundidad ayudó a la Corte, y también a la Ley. Notable, el principal medio del Grupo Clarín, pareciera que anticipándose a que la mayor visibilidad del debate lo perjudicaría, no puso el tema en tapa en toda la semana. Haciendo como que la noticia no fuera trascendente, como si fuera el debate de un privado contra otro, como si el tema no tuviera relevancia para “la gente”. La Nación siguió a pie juntillas la estrategia de su principal aliado.

Pero como lo dijo el presidente del CELS, Horacio Verbitsky, “Además de las partes en este expediente, hay un país afuera”


Prendieron la luz

Basta invertir unas horas de nuestro tiempo escuchando las diferentes posiciones para poder comprender lo que está en pugna. Aún olvidándonos la historia o simulando ser un turista extranjero que recién aterriza, esas pocas horas de video nos permitirían comprender cabalmente lo que se debate.

Para el Grupo Clarín, la libertad de expresión es equivalente a permitir el libre mercado en la materia, libre mercadismo es sinónimo de  libertad de opinión en su manual de estilo. Como aquella brutal frase de su comunicador estrella "¿Quién carajo va a escuchar la radio de los wichís?", el único grupo que resistió judicialmente la Ley llama “economías de escala” a multiplicar por 400 (o más) cada tipeo de un cronista. La información como derecho, la diversidad de la comunicación y el respeto a la plena vigencia de la democracia con la información como bien esencial se reduce a una ecuación económica.

Para el Estado, la protección de la “flora y fauna” mediática es clave para garantizar la plena vigencia de la Constitución. Multiplicidad de voces por encima del negocio, sin negarlo y sin negar la justa retribución empresarial, pero con reglas para que los peces grandes no se coman a los peces chicos… y se tomen el agua de la pecera.


La Plaza 

Frente al Palacio de Tribunales, en Plaza Lavalle, estaban (estábamos) los otros. Los empecinados defensores de la comunicación como un bien social que aportan con su presencia  e ideas al debate.

Muchos kirchneristas. Pero muchos que no. Muchos de los que no cayeron en la trampa polarizante que el grupo que resiste fue tendiendo –desde aquella pantalla partida que igualaba a Cristina Fernández o al Congreso debatiendo con los sectores que cortaban rutas presionando por sus agrodivisas-.

Multiplicidad de actores: artistas, militantes de la cultura, periodistas, trabajadoras y trabajadores de los medios, cooperativistas, pueblos indígenas, vecinas y vecinos de a píe y hasta empresarios de la comunicación en serio, multicolores presencias de un arco que supo interpretar la importancia de lo que se discute. Igual que el Grupo, que también sabe interpretar lo que se discute aunque es contra sus intereses.

Notable: cuando Néstor Piccone –una de las figuras de la CCD y uno de los dos oradores de cierre de la actividad popular en la Plaza- mencionó uno por uno a los miembros de la Corte se levantó una fuerte rechifla. El orador pidió silencio y desgranó algo así como “ésta es la Corte de los Derechos Humanos, nosotros venimos a pedir por un derecho humano. Le pedimos a la Corte que esté a la altura de su historia”. Una fuerte ovación corrió por la plaza rompiendo el silencio.


II. La Provincia

Preocupante acción del Ministro de Gobierno fue denunciada ésta semana por una Jueza de Faltas.

Ante las críticas en materia de seguridad que viene recibiendo el Gobierno Provincial se evidencia cierto nerviosismo. Lo peor que puede pasar en seguridad es buscar decisiones efectistas, peor aún tomarlas con nervios. Acciones sí, efectismo no.

Parece que esos nervios hicieron caer en el olvido al Ministro, que no es un político que recién empieza. Las presiones sobre los jueces no son de buenos gobernantes. Si cree que corresponde juicio político no corresponde anunciarlo, hay que hacerlo. Si alguien con poder le anuncia a un par o a alguien con menos poder que lo ejercerá en su perjuicio, no lo anuncia sino que lo amenaza.

Esto pasó en la Provincia en la historia reciente. Los dos gobernadores anteriores a Jorge Capitanich lo hicieron, les fue bastante bien porque controlan una buena parte del Poder Judicial y un poco mal porque perdieron las elecciones. Pero a la Provincia le fue muy mal, magullamos y empeoramos las instituciones y las inutilizamos a sus fines.

La Ley de Seguridad, flamante legislación que todavía el Gobierno no ha cumplido en buenas partes, merece ser aplicada. Como también los cambios en políticas judiciales. Pero la cosa no se resuelve apretando jueces y haciendo la vista gorda con los que administran el sistema judicial.


Afirmaciones para tener miedo 

Además el Ministro dijo algo para pensar:

 "yo voy a priorizar en primer lugar la seguridad de las personas. Y en segundo lugar la legalidad que tiene que haber en las detenciones.”

Esa afirmación es equivalente a decir “El Estado Soy Yo”.

¿Es incompatible para el Ministro legalidad con seguridad?

¿Será mucho pedirle al Ministro que garantice la seguridad de los chaqueños en el marco del respeto a la legalidad? Digo, porque lo diferente es convertirnos al millón de chaqueños en delincuentes por si acaso y hasta que demostremos lo contrario.

Nota publicada en el Diario Primera Línea del 01-09-2013
La ilustración es un volante que circulaba en el referido acto de Plaza Lavalle

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