Despedida para un Juez
que hizo lo que debía cuando nadie quería hacer
Un recuerdo de Eduardo
“Nene” Molina
Al Nene lo conocí siendo adolescente en Villa Ángela,
principios de los ´80. Luego perdí sus rastros, aunque siempre tuve novedades
mediáticas de su productiva, y porqué no polémica, actuación política.
Mis viejos recuerdos adolescentes y su mítica y
polémica figura se encontraron con él y conmigo aquel caluroso verano del 2006.
El, juez del STJ, y yo, diputado provincial.
“Hola Danielito”, fue la recepción que me dió y el inicio de una conversación
larga y compleja. Es que unas 300 personas sin vivienda producto de una
tormenta de verano habían sido desalojadas en Puerto Vilelas por la dura –con
los pobres- policía provincial conducida por el Ministro Hugo Matkovich.
La cuestión era una auténtica brasa caliente.
Fiscal y Juez de Garantías duros –con los pobres, también como toda justicia
chaqueña- desalojaron sin los procedimientos de ley, mandando la torpe policía,
que conducía el torpe Ministro y con un Juez de Paz perejil. Mucha gente
lastimada, mayoritariamente gente humilde,
sin lugar donde vivir. Y nadie, o casi nadie, escuchando la situación.
El Nene tomo la posta, abrió rápidamente una
investigación y recuperó la esperanza de esos Vilelenses abandonados.
El Juez hizo lo que debía pero nadie quería
hacer, menos todavía el Poder Judicial. Y lo pagó caro.
Claro, corrían los tiempos del control férreo
de Angel Rozas y Roy Nikisch de todo lo que se movía en el Poder Judicial. Y
cualquier intento de hacer justicia, con errores o delitos de funcionarios, se
pagaba caro. Y se pagaba caro actuar sin la venia de los popes.
Esa investigación fue rápidamente anulada por
sus pares. Y al Nene le apareció una causa judicial que en menos de 4 meses lo
puso en todas las tapas de los diarios y en el banquillo de los acusados con un
juicio político en la Cámara de Diputados.
“Me dejaron sólo” supo decir el Nene
públicamente, “Me voy Danielito, me dejaron sólo” me supo decir en la última
charla que tuve con él en su condición de juez. Eso yo ya lo sabía por el
comportamiento de los legisladores oficialistas –y también de algunos
opositores del partido en que él supo militar-. Lo golpearon bajo, incluso
involucrando a su familia en las denuncias, y muy pocos alzamos la voz en su
defensa.
Ayer se fue físicamente. Muchos chaqueños lo
recordaremos por su gesto en medio del desierto político, cuando éramos un
puñado alzando la voz. Su aporte fue una contribución a la finalización por la
vía electoral del proceso político del rozismo, hoy es un gesto a imitar en
tiempos en que el Poder Judicial demuestra mas que nunca su pertenencia a un
sistema corporativo.
Daniel San Cristóbal. “Danielito”, para el Nene
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