lunes, 9 de enero de 2012

Naranja + Amarillo: hacerse los rulos



Los alineamientos hacia 2015, un caso local
La macabra, deportiva y sonriente foto Scioli/Macri cuando Cristina Fernández se encuentra en posoperatorio es solo una de los aprontes hacia 2015. Recambios en conducciones partidarias, reuniones secretas, convenios públicos, refritos de pronosticadores eternos del ajuste y fin del modelo, etc, etc, aventuran debates políticos, y políticas reales y concretas, cuya primer escala electoral se verá en 2013. Pero la realidad pasa ahora, y todos los debates relacionados con alineamientos electorales -sencillos, esperables en un sistema representativo- tienen una historia que condiciona su conformación y tiene un impacto a partir de ella.

Ayala en conserva
Me centraré en el nuevo alineamiento que opera entre Aída Ayala -intendenta de Resistencia- y Mauricio Macri, el de mayor impacto local por estos días. Impacto por su novedad política, por la relevancia del espacio institucional de la protagonista local y por el efecto que tendrá para las personas de carne y hueso.
Siempre supimos que Ayala representa ideas de corte conservador, algunas muestras de ello son su vinculación privilegiada con las huestes de José Ruiz Palacios -gobernador de la dictadura cívico-militar-, y su gestión privatista al frente de la ciudad -revalidada en las urnas, por cierto-.

Primera lección
Pero notable es que esa performance conservadora la lleve a abandonar -como pareciera- su plataforma de sostén electoral. De aquí extraigo una primera lección: la crisis de un partido político que estableció una pragmática construcción de tinte unipersonal que se niega a abandonar termina consumiéndolo por vía indirecta.
Aquella construcción -el Rozismo- que le permitió a Ayala encaramarse en el municipio, por sus propias limitaciones no puede mantenerse en pie con el sustrato político original porque, sencillamente, una sola persona lo conoce y tiene la habilidad para llevarlo adelante. Pero esa persona, Rozas, fracasó y su corte de necios no tienen ninguna capacidad para continuar. El Rozismo así se ha convertido en una gran máquina de impedir: que su partido tenga vida, que sus intendentes crezcan, ..., que Aída sea gobernadora (alguna virtud parece que tiene).

Saltando el alambrado, llevándose el tendal
Macri intenta tener una estructura nacional, una limitación para ser presidenciable.
Ni lerda ni perezosa, Ayala toma carrera para saltar. Visualizando que su futuro político está atado a un partido nacional sin futuro -por lo menos en el corto plazo- se recuesta por el necesitado Mauricio. Se desconoce el tamaño del tendal que se podrá llevar consigo, pero la lista probable es larga: intendentes, concejales, legisladores provinciales, dirigentes partidarios, funcionarios actuales de Jorge Capitanich y hasta un sector del Partido Socialista encabezado por su presidente de Concejo municipal.
(Al momento de redactarse el presente se difundieron unas declaraciones de Hermes Binner convocando a la UCR. Si son ciertas esas versiones y don Hermes se apura, Ayala tendría esa alternativa para evitar el enojo de sus aliados ucereistas)

Naranja más Amarillo. Y Resistencia ¿qué?
Celebro la coincidencia. Al final de cuentas se trata de un alineamiento coherente.
La pregunta que me hago es ¿que acontecerá en la política no partidaria, en la gestión? 
¿Tendremos una policía municipal sobre la base del reclutamiento de los peores cuadros de la provincial actual, tal la Metropolitana? ¿Destruiremos la educación pública con transferencia de recursos hacia la educación privada? ¿Se organizará algún cuerpo parapolicial para desalojar a vecinas y vecinos por la fuerza de los espacios públicos?  ¿Se establecerá una red de escuchas telefónicas para dirigentes sociales y políticos?
Creo que todo eso deberá esperar, Ayala deberá ganar en 2015 para reproducir el modelo Macri en la Provincia, por ahora sería “hacerse los rulos”.
De todas formas, entiendo que los próximos meses las visitas de dirigentes PRO se va a profundizar, y comenzarán a visitarnos funcionarios (gerentes) macristas que traerán sus geniales ideas privatistas (más que las de Ayala) a nuestro territorio. Esas ideas se convertirán en políticas de estado ayalistas que requerirán la presencia de consultorías y empresas macristas que serán jugosamente financiadas por el Gobierno de la Ciudad y el de Resistencia (o sea, porteños y resistencianos).
Seguramente no tendremos un gobierno municipal más conservador, pero sí más caro.

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